Hace ya
aproximadamente 7 años desde la última vez que tomara clases en forma, en la
universidad, y me siento un tanto, o mejor dicho, bastante desfasada. Tiene
apenas 2 semanas de que retornara a la vida
académica y me he sentido muy, pero muy diferente a hace 7 años que lo hiciera
por primera vez, ¿el motivo? muy simple: ahora tengo muchas más
responsabilidades, muchos más gastos y cero patrocinio de mis padres.
Siempre
es complicado hacer las cosas a destiempo, eso es indiscutible, pero
definitivamente, es hoy en día para mi muy grato el saberme capaz de ser
independiente, de poder ser la proveedora de mis propios medios para hacer lo
que desee en la vida, sin tener que depender de nadie, aunque en ocasiones ello
implique sacrificar, tiempo de ocio, básicamente.
Mis días
comienzan muy temprano, y terminan bastante tarde, pero están siempre todos
ellos, llenos de mucho aprendizaje, de muchas satisfacciones, de muchos
momentos que ahora atesoro como nunca jamás antes lo habría hecho. El tiempo
es ahora un recurso que raciono con suma
cautela, pero es también un recurso al
que le saco el mayor provecho y prueba de ello es todo lo que ahora en un día
logro hacer.
Muy a
pesar de mi saturada agenda, siempre hay un espacio como este fin de semana, en el que después de terminar mis clases los viernes (las que
imparto y las que tomo), me veo con mi actual extranjero pasatiempo, buen amigo
y mejor amante aún, con quien además ahora estoy en planes para un nuevo
proyecto de trabajo. Luego de compartir un agradable rato en su presencia,
prosigo a preparar mis clases del día sábado, y a terminar los pendientes de la
semana. Este sábado en particular, hubo un suceso que movió mis planes por completo:
accidentalmente, se rompió el tanque del agua del sanitario, justo después de
que acabara mi primer clase y tuve que cancelar al segundo grupo, muy a pesar
de que mi asistente me dijera que ella se haría cargo, y que continuara con mis
actividades, me dispuse a comenzar a hacer un par de llamadas, a conseguir un
plomero y a saber en donde podría conseguir el tanque o si, en su defecto debía
comprar la taza de baño con todo y tanque. Habiendo resuelto esta situación,
recibí en el transcurso de la tarde, la
visita de mi madre, quien al acompañarme a hacer unas compras, pidió que le
invitara un buen scotch (whisky) y así lo hice, luego de conversar un rato con
ella al calor de unos tragos de esta deliciosa bebida, , me dispuse a
descansar, así que me fui a mi cuarto y le dije que era libre de quedarse a
dormir si lo deseaba, porque ya no podía mantener mis ojos abiertos mucho
tiempo más. Ella me dijo que se quedaría y que a la mañana siguiente me podría
a acompañar a conseguir el tanque, así que eso fue lo que pasó, esta mañana nos
dispusimos (sin mucho éxito por cierto)a encontrar el tanque, mismo que tendrá el plomero que conseguir por su cuenta el día de mañana, ya que los
sitios en los que esperaba encontrarlo, por ser domingo, estaban cerrados. El
último día de la semana y el único que tengo de descanso, culminó con una
agradable ida a un centro comercial, yendo a conseguir mi libro de Guía
Esencial para Aprender a Redactar y
una deliciosa comida en compañía de un querido amigo, así como una placentera siesta aprovechando la fría y lluviosa
tarde-noche del día de hoy.
Oye amiga trata de subir tu segunda entrada que hoy calificamos y la tercera ya devemos tenerla tambien
ResponderEliminarDespués de haber esperado tres semanas una cita con mi estilista, llegó el esperado día.
ResponderEliminarMientras caminaba a la estética pensaba en pasar al banco a retirar efectivo, cuando choqué contra un antiguo amigo. Él era también mi compañero de departamento, lo fue por casi cuatro años. Me acompañó a mi destino, platicamos para ponernos al tanto de nuestras vidas. Al parecer su vida se ha vuelto muy difícil, me dijo que tenía cáncer y que además su novia está embarazada.
Ni modo, nadie decide su vida. A veces, aunque te esfuerces que las cosas salgan como las planeas, son imposibles de controlar. Afortunadamente el mayor problema para mi en ese momento era mi melena sin teñir, con la raíz de color negro y anudada, pidiendo a gritos un retoque y un corte urgentes.
Llego puntualísima a mi cita y como cosa muy rara, mi muy malgeniado estilista, se encuentra de buenas. Comienza a hacerme lo que tenía que hacer y sale a la platica mi ex-novio. Resulta que me entero que su mujer es una celosa empedernida, que tuvieron una hija y que a pesar de ello cada quien sigue viviendo en su casa. Todo ello salió a colación de que le conté que cuando me lo encontraba en la UAM no me saludaba. Sin embargo, el haberme enterado de eso no fue lo más relevante que me aconteció aquella tarde.
Voy rumbo a mi trabajo caminando a prisa para que no se me haga tarde, con mi de nuevo lindo, teñido y estilizado cabello, y pensando en las cosas que debo hacer cuando vuelva a casa. De repente, a lo lejos, un extranjero atrae mi mirada. Sigo caminando apresurada, pero nuestras miradas se cruzan y luego, cuando se aproximaba más y más a mí, él decide lanzarme una sonrisa, estando a escasos 2 o 3 metros de mí y yo le respondo. Casi al tiempo que pasa al lado mio me dice “hola” y como a mí mi madre me enseñó a ser muy educada y responder a los saludos de la gente, pues contesto de igual manera, más sin detenerme. Sigo caminando, pero el decide alcanzarme y no me percato de ello sino hasta sentir una mano en mi hombro y una voz que me dice“ Hola, yo Ades” mientras se señalaba a sí mismo y luego pregunta, extendiendo la mano hacia mí “Tú…” Noto su dificultad para hablar español, su desesperación por querer contarme de él y que yo le dijera algo de mí, así que le pregunté si hablaba inglés a lo que con cara de alivio respondió que sí, dando lugar a una breve charla que terminó en una cita para ir a comer y seguir conociéndonos 4 días después.