lunes, 12 de marzo de 2012

UNA NOCHE DE TERROR


 El chino, el flaco, la gorda y yo habíamos regresado de la fiesta de una de mis amigas. Aún vivía yo en casa de mi madre, pero como ella los conocía muy bien a todos ellos, seguimos nuestra propia fiesta en su casa sin que hubiera ningún inconveniente. Nos hallábamos en la sala, misma que tiene una ventana que da hacia la calle. Eran cerca de las tres de la mañana. Bebíamos tequila y contábamos nuestras anécdotas al calor de las copas cuando de pronto, alguien tocó la puerta.
Mis amigos y yo nos miramos unos a otros preguntándonos con la mirada quién podría ser a esa hora. Al asomarse el chino por la ventana nos dijo que era, ni más ni menos, que mi exnovio. Él andaba medio “entonado”, así que se dio valor para aparecerse en mi casa a esa hora sin saber que me encontraría con mis amigos  conbebiendo. Pensé un poco en sí debía dejarlo o no pasar, ya que estaba la verdad muy impertinente, y como según él   yo tenía mis ondas con el chino , pues…
Decidí dejarlo pasar con la condición de que no siguiera causando un alboroto, gritando a los cuatro vientos que aún me amaba y fuera a despertar a mis vecinos, pero sobre todo a mi madre. Ya en la sala, sin siquiera pedirnos permiso, se sirvió de lo que estábamos tomando y nos dijo salud. Todos nos mirábamos extrañados  entre sí con cara de ¿y este güey qué onda?
Luego como de una hora ya completamente malacopa, nos dijo que se iba a ir a comprar otra botella hasta no sé dónde, idea que no me pareció y le pedí a mis amigos que me acompañaran a dejarlo a su casa. Ellos sin pensarlo dos veces, aceptaron. Mi ex vivía a unas cuantas cuadras, así que…¿Qué era lo peor que podría pasar?
No habíamos avanzado ni siquiera una cuadra cuando pasó un taxi y el loco de mi ex, empeñado en que quería ir por la botella, se paró a media avenida y lo detuvo. Le dijo que lo llevara a la vinatería más cercana, a lo que el conductor del taxi se negó. Otro tipo muy mal encarado acompañaba al taxista, ambos lo miraban ya con ojos de no estés chingando o…
Mis amigos y yo lo jalábamos de los brazos para alejarlo del taxi y que no siguiera importunando a los ya molestos sujetos que en el venían, cuando después de golpear  en repetidas ocasiones el cofre del auto insistiendo en que lo llevaran, el copiloto se baja con un bate de béisbol amedrentando que los dejara seguir su camino si no queríamos broncas, pero el muy fastidioso de mi ex siguió insistiendo en que lo llevaran a donde pedía, que él les pagaría lo que fuera.
Hasta ese momento el conductor  parecía de lo más indiferente ante tal situación, pero luego de la incesante impertinencia por parte de mi ex, descendió del taxi pero ni más ni menos que empuñando un arma y diciendo: “Te dije que dejaras de estar chingando, que no te voy a llevar a ningún lado cabrón”. Para ese momento, todos  (excepto mi ex)nos alejamos del auto. El tipo comenzó a apuntarnos a todos y en cuestión de tal vez milésimas de segundos todos corrimos lo más rápido que pudimos en todas direcciones. Ya no me importó más que le pasara a mi ex, me preocupe al verme escondida tras unos autos y no saber hacia dónde habían corrido a esconderse mis amigos. Luego de unos minutos, nos encontramos cerca de mi casa, obviamente todos asustadísimos y enojados con el idiota de mi ex por haber ocasionado que casi nos mataran.
Estábamos entrando ya a mi casa, muertos de miedo aún, pero contentos de que no hubiera pasado nada, cuando de repente, aparece otra vez mi ex y  todos casi al unísono,  le dijimos hasta de lo que se iba a morir y le cerramos la puerta en las narices. Ya no supimos si se fue o se quedó ahí afuera, lo malo, estaba por venir la mañana siguiente, cuando la típica vecina chismosa que por alguna extraña razón estuviera despierta y asomándose por la ventana, percatándose  de absolutamente todo lo que pasara aquella madrugada, le contara a mi mami lo que habíamos pasado…

No hay comentarios:

Publicar un comentario