El
chino, el flaco, la gorda y yo habíamos regresado de la fiesta de una de
mis amigas. Aún vivía yo en casa de mi madre, pero como ella los conocía muy
bien a todos ellos, seguimos nuestra propia fiesta en su casa sin que hubiera
ningún inconveniente. Nos hallábamos en la sala, misma que tiene una ventana
que da hacia la calle. Eran cerca de las tres de la mañana. Bebíamos tequila y
contábamos nuestras anécdotas al calor de las copas cuando de pronto, alguien
tocó la puerta.
Mis amigos y yo nos
miramos unos a otros preguntándonos con la mirada quién podría ser a esa hora.
Al asomarse el chino por la ventana
nos dijo que era, ni más ni menos, que mi exnovio. Él andaba medio “entonado”,
así que se dio valor para aparecerse en mi casa a esa hora sin saber que me
encontraría con mis amigos conbebiendo. Pensé un poco en sí debía
dejarlo o no pasar, ya que estaba la verdad muy impertinente, y como según
él yo tenía mis ondas con el chino , pues…
Decidí dejarlo pasar con
la condición de que no siguiera causando un alboroto, gritando a los cuatro
vientos que aún me amaba y fuera a despertar a mis vecinos, pero sobre todo a
mi madre. Ya en la sala, sin siquiera pedirnos permiso, se sirvió de lo que
estábamos tomando y nos dijo salud. Todos nos mirábamos extrañados entre sí con cara de ¿y este güey qué onda?
Luego como de una hora ya
completamente malacopa, nos dijo que
se iba a ir a comprar otra botella hasta no sé dónde, idea que no me pareció y
le pedí a mis amigos que me acompañaran a dejarlo a su casa. Ellos sin pensarlo
dos veces, aceptaron. Mi ex vivía a unas cuantas cuadras, así que…¿Qué era lo
peor que podría pasar?
No habíamos avanzado ni
siquiera una cuadra cuando pasó un taxi y el loco de mi ex, empeñado en que
quería ir por la botella, se paró a media avenida y lo detuvo. Le dijo que lo
llevara a la vinatería más cercana, a lo que el conductor del taxi se negó.
Otro tipo muy mal encarado acompañaba al taxista, ambos lo miraban ya con ojos
de no estés chingando o…
Mis amigos y yo lo
jalábamos de los brazos para alejarlo del taxi y que no siguiera importunando a
los ya molestos sujetos que en el venían, cuando después de golpear en repetidas ocasiones el cofre del auto
insistiendo en que lo llevaran, el copiloto se baja con un bate de béisbol
amedrentando que los dejara seguir su camino si no queríamos broncas, pero el
muy fastidioso de mi ex siguió insistiendo en que lo llevaran a donde pedía,
que él les pagaría lo que fuera.
Hasta ese momento el
conductor parecía de lo más indiferente
ante tal situación, pero luego de la incesante impertinencia por parte de mi
ex, descendió del taxi pero ni más ni menos que empuñando un arma y diciendo:
“Te dije que dejaras de estar chingando, que no te voy a llevar a ningún lado cabrón”.
Para ese momento, todos (excepto mi ex)nos
alejamos del auto. El tipo comenzó a apuntarnos a todos y en cuestión de tal
vez milésimas de segundos todos corrimos lo más rápido que pudimos en todas
direcciones. Ya no me importó más que le pasara a mi ex, me preocupe al verme
escondida tras unos autos y no saber hacia dónde habían corrido a esconderse
mis amigos. Luego de unos minutos, nos encontramos cerca de mi casa, obviamente
todos asustadísimos y enojados con el idiota de mi ex por haber ocasionado que
casi nos mataran.
Estábamos entrando ya a
mi casa, muertos de miedo aún, pero contentos de que no hubiera pasado nada,
cuando de repente, aparece otra vez mi ex y
todos casi al unísono, le dijimos
hasta de lo que se iba a morir y le cerramos la puerta en las narices. Ya no
supimos si se fue o se quedó ahí afuera, lo malo, estaba por venir la mañana
siguiente, cuando la típica vecina chismosa que por alguna extraña razón
estuviera despierta y asomándose por la ventana, percatándose de absolutamente todo lo que pasara aquella
madrugada, le contara a mi mami lo que habíamos pasado…
No hay comentarios:
Publicar un comentario